Para empezar me parece clave destacar esto: no es lo más importante el ambiente, si no hay un mediador, que acompaña, pregunta, genera andamiaje y sustenta o analiza aquello que se esta dando en el proceso de alfabetización de nuestro grupo:

Un ambiente en el cual se pueda aprender, debe tener libros, debe dejar circular la información
sobre la lengua escrita. El ambiente en sí mismo no alfabetiza. La sola presencia del objeto
lengua escrita no garantiza conocimiento pero su ausencia garantiza desconocimiento.
Si queremos que el niño empiece a construir conocimiento sobre la lengua escrita, ésta tiene
que existir, para que los niños puedan plantearse preguntas sobre ella por lo menos dentro del
aula. Del mismo modo, el maestro incorpora la consulta a los libros, refiere y deriva una y otra
vez a las escrituras disponibles en el aula, lee para los niños, lee para sí, los niños lo ven
escribir.
Ferreiro, E. (1999, p. 217)

Algunas propuestas significantes son:
– La lista de nombres del grupo
– Los días de la semana y los meses del año,
– Los nombres de los personajes de los cuentos leídos,
– Los nombres de ellos vinculados al abecedario
– La lista de nombres de libros de la biblioteca