Poesías para reír, jugar y amar

Fundamentación:

Esta propuesta se basa en el juego con el lenguaje y la producción de textos orales y escritos para fortalecer el desarrollo lingüístico y la creatividad de los niños y niñas en el nivel inicial.

La integración de actividades lúdicas y creativas con el lenguaje oral y escrito permite a los niños y niñas explorar y disfrutar del lenguaje de manera significativa y divertida.

Propósitos:

  • Propiciar los juegos con el lenguaje oral como experiencias estéticas y lúdicas.
  • Favorecer la producción de textos orales y escritos en torno a lo literario para diferentes destinatarios, con propósitos definidos y en diferentes soportes.

Contenidos:

  • Jugar con el lenguaje: palabras, rimas, sonidos, etc., aunque no entiendan totalmente todas las palabras.
  • Explorar sonoridades, ritmos y rimas jugando con las palabras.
  • Plantear y sostener un propósito para la escritura.
  • Intercambiar con sus pares para acordar qué se va a escribir y cómo hacerlo antes de empezar a escribir y durante la escritura.
  • Revisar lo escrito teniendo en cuenta los propósitos de la escritura para que el texto diga lo que se ha propuesto transmitir.
  • Comenzar a explorar algunos recursos del lenguaje poético (rimas, juegos de palabras, etc.) en sus producciones.

Actividades:

  • Se observarán imágenes disparatadas en una presentación interactiva (ej. niña usando una banana como teléfono, vaca que vuela). Se hará una pausa tras cada imagen para preguntar: “¿Creen que esto es posible? ¿Por qué?”. Luego, los niños inventarán sus propios disparates y los compartirán verbalmente. Esto fomentará su creatividad desde el primer momento.
  • Lectura de disparates o poesías disparatadas de María Elena Walsh. Los niños se pondrán disfraces simples (gorras, gafas divertidas) mientras leen o escuchan. Al terminar, se discutirá qué tiene que tener una poesía disparatada, destacando las rimas, las situaciones absurdas y las ideas creativas.
  • Se releerán algunas poesías disparatadas y los niños participarán ayudando a completarlas, ya sea inventando versos o adivinando cómo terminan las frases. Esto les permitirá interactuar más con el texto.
  • Se dividirá al grupo en subgrupos. Cada subgrupo trabajará junto con un adulto para inventar su propia poesía disparatada. Para inspirar, se podrán usar tarjetas con imágenes disparatadas (mezclas de animales, objetos que hacen cosas imposibles, etc.). Cada grupo elegirá una tarjeta como punto de partida.
  • Se leerán las poesías disparatadas creadas por los subgrupos al resto del grupo. Se invitará a los niños a aplaudir cada vez que escuchen algo especialmente loco o gracioso.
  • Las poesías inventadas se registrarán en el cuaderno de agenda con la ayuda del docente, dejando un espacio al final para que los niños puedan agregar un dibujo que represente un elemento de su poesía.
  • Se propondrá armar un fichero para la biblioteca del jardín. En conjunto, los niños escribirán algunas palabras clave relacionadas con su poesía (ej. banana, teléfono, vaca, volar) y luego harán dibujos. Se dejará espacio para incluir los textos.
  • Después de completar las fichas, se hará una exposición en la biblioteca del jardín. Cada grupo podrá presentar su poesía a las familias, mostrando su ficha y explicando cómo la inventaron.
  • Se hará una “búsqueda del disparate” en el aula o en el patio. Se esconderán tarjetas con objetos cotidianos (vaca, teléfono) y los niños y niñas tendrán que encontrar dos tarjetas y combinarlas para crear un disparate. Por ejemplo, si encuentran una tarjeta de una vaca y otra de un globo, pueden decir que es una “vaca voladora con globos”.
  • Crear un “disparatófono”. Usando un tubo de cartón y decorándolo con papeles de colores, se simulará un teléfono por el cual los niños y niñas se dirán disparates entre ellos. Un niño empezará diciendo una frase disparatada como “Hoy desayuné pizza con chocolate y volé al jardín en una nube” y el otro deberá responder con otro disparate.
  • Organizar un desfile disparatado. Se les pedirá a los niños y niñas que se pongan prendas que normalmente no usarían juntas (calcetines en las manos, sombrero en los pies, una camiseta como pantalón) y hagan un desfile. Durante el desfile, tendrán que contar un disparate sobre su “moda loca”.
  • Se propondrá una “sopa de disparates”. Los niños elegirán una serie de palabras al azar (por ejemplo: elefante, helado, bicicleta) y luego, en grupos, deberán inventar una historia o una poesía disparatada usando esas palabras. Cada palabra elegida será un ingrediente de su “sopa”.
  • Después de crear las fichas para la biblioteca, se puede proponer un “concurso de disparates”. Cada grupo deberá presentar su poesía de manera exagerada, usando gestos y voces graciosas. Las familias podrán votar por la poesía más disparatada o divertida, sin competencia estricta, solo para aumentar la emoción.
  • Crear un mural disparatado en el aula. Cada niño y niña dibujará su personaje o situación disparatada, y luego se unirán todos los dibujos para formar una gran escena absurda y colorida que quede expuesta en la sala o en el pasillo.
  • Jugar al “teléfono descompuesto disparatado”. Un niño empieza susurrando una frase normal al oído del compañero (ej. “Hoy es un día soleado”), y cada niño, en su turno, debe cambiar una palabra por algo disparatado (ej. “Hoy es un día de zanahorias que vuelan”). Al final, el disparate se dirá en voz alta.
  • Hacer una “fotografía disparatada” en grupo. Se les pedirá a los niños y niñas que simulen estar en una escena loca (por ejemplo, fingiendo que vuelan, que hablan con animales, que usan objetos de forma extraña) mientras alguien les toma una foto. Luego, esa foto se usará para escribir una poesía o historia disparatada sobre lo que “estaba ocurriendo” en la escena.

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